Velas de soja

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Un poco de historia

Las velas se han utilizado desde hace mucho tiempo, teniendo datos de su fabricación en diferentes culturas, alrededor del 500 a.C., donde se hacían en base a grasa animal, cera de abeja, cera de canela y aceite de oliva (hasta antes de la Edad Media), con el único fin de iluminar los lugares. Con el pasar del tiempo, el uso frecuente de las velas, propicio la industrialización de su fabricación a mediados del siglo XIX, lo que posteriormente, masificó las velas de parafina, que eran menos costosas de fabricar, duraban más y no emitían un olor desagradable como sus antecesoras.

Hoy en día, que tenemos otros métodos de iluminación de mayor calidad y eficacia, ya no son necesarias las velas, por lo que el rubro tuvo que acomodarse a los nuevos tiempos, empezando a ofrecer velas con diferentes colores, aromas y formas, pasando a ser artículos de decoración. Es en este punto donde la creciente conciencia ambiental en el mercado, hizo surgir una nueva necesidad en las personas a las que le gustan las velas, pero que se preguntaban ¿hay una opción mejor?. Es así como vuelven a surgir las formas más naturales para fabricar velas (como con cera de abeja) y se experimenta con otras materias primas que no son nocivas para el medio ambiente y son cómodas para trabajar, como la cera de soja.

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Velas de cera de soja

El uso de esta materia prima, surge en la década del 90', cuando un empresario del rubro, descubre que la cera de soja (resultado de la hidrogenación del aceite extraído de los porotos de la planta), era un gran ingrediente para fabricar velas naturales, que si bien, eran más costosas que las de parafina, presentaban características únicas que las hacían una mejor opción a las otras alternativas del mercado. Entre estas cualidades se encuentran:

• Es de origen vegetal siendo un material sustentable, renovable y 100% natural.
• Tiene un bajo punto de fusión (40°-45°), esto significa que no llega a altas temperaturas, preservando los beneficios de su aceite y reduciendo los riesgos de quemaduras.
• Tiene múltiples beneficios para la piel, ya que es hidratante y con propiedades emolientes,  lo que otorga lubricación, protección y suavidad.

• Sus propiedades hidratantes y suavizantes la hacen una gran opción para masajes.

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  Se limpia fácilmente de las superficies, solo con agua tibia y jabón.
• Se puede mezclar con otras ceras, mantecas y aceites para potenciar sus propiedades.
• Las velas se consumen de forma más lenta que las de parafina y producen menos hollín.
• Son fabricadas con pabilos de algodón y aceites aromáticos naturales.
• Tienen una llama fuerte, que otorga una mayor luminosidad.
• Incluso sin encenderlas, pueden perfumar suavemente los espacios.
• La cera de las velas se puede volver a reutilizar hasta que ya no libere fragancia.

Las múltiples propiedades de la cera de soja, han hecho que las velas fabricadas de esta materia prima, sean muy solicitadas en el mercado y cada vez, más personas se interesan por esta alternativa atractiva y natural.

¿Y tú, ya has probado las velas de soja o algún otro producto de esta cera? ¿Qué te pareció?